sábado, 24 de agosto de 2013

IN THE BOX




Antes estaba en el corral, sentada encima de su huevo calentito pensando en lombrices frescas. Después del susto, está todo a medio oscuras. La caja en la que la han metido está medio cerrada y sólo deja ver la mitad de lo que pasa.

Por fuera pasa de todo. Pasa una trenza con una niña a la que le faltan los dientes. Pasa una risa de bisagra oxidada que sale de una boca de dientes de conejo de niño. Pasa un tirachinas subido en la cinturilla de un pantalón que anda sobres las piernas de otro niño con lengua chismosa que susurra en una oreja cubierta de pelo lacio y grasiento que está pegada a la cabeza de otro niño más. Pasan unos rizos rubios y una camisa de cuadros con tirantes. Pasan unos tacones rojos de zapato de charol que
transportan unas piernas largas que acaban en un brazo con mano y uñas moradas que saludan de lejos.

Un rato largo no pasa nada, pero de pronto pasan corriendo ocho piernas. 

La que va dentro de la caja es la que más miedo tiene. Sabe que sólo quiere estar encima de un huevo calentito y ahora se le escurren las patas en el cartón. Tiene miedo porque sólo ve la mitad de lo que pasa, porque sólo ve y sabe a medias. Y no hay nada peor para una gallina que una caja entreabierta.


Texto: MO Alfonsel